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La democracia contaminada

La superabundancia de información cambió las reglas del juego electoral. La  ciudadanía ya no puede chequear y procesar toda la información que recibe.  

del argumento
al argumeme

La multiplicación de fuentes de información y la dificultad para trackear el origen de los rumores ha transformado la forma de organizar el discurso de la campaña electorales.

Una candidatura respaldada por sólidos argumentos puede ser derrumbada en una única publicación en las redes sociales.

El argumeme es la forma más poderosa para acaparar la atención, o perderla. Con esto no queremos decir que nuestras campañas no necesiten sustancia, sino que es imprescindible dominar dos nuevos artes.

 

Por un lado necesitamos aprender a cubrirnos de ataques con poca sustancia pero mucha viralidad. Inmunizarnos de los argumemes ajenos. 

Por otro, necesitamos que nuestros mensajes además de ser simples ganen en viralidad. 

Convertir nuestros argumentos en argumemes.

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